domingo, 28 de septiembre de 2008

Ya que hemos recibido críticas por romanticones en nuestra última entrada, un cuento ...

EL CUENTO DE AMOR MÁS BREVE Y HERMOSO DEL MUNDO

Había una vez un hermoso príncipe que le preguntó a la bella Princesa:

- ¿Te quieres casar conmigo?

- Y ella le respondió: - ¡¡¡...NO!

Y el príncipe vivió feliz por muchos años yendo a pescar, a cazar y al
bar todos los días con sus amigos y tomaba mucha cerveza, vino y cava,
se ponía hasta el culo de copas cuantas veces quería, jugaba al golf
y comía caviar porque le alcanzaba la pasta para eso y mucho más,
dejaba la ropa tirada en la silla del comedor y follaba con mujeres de
la noche y vecinas y amigas, no tenía que competir con vecinos y
amigos por el mejor coche, el mejor lugar de vacaciones, etc... Y se
tiraba pedos a mansalva y meaba salpicando la tapa del baño con la puerta
abierta, cagaba leyendo sin límite de tiempo y cantaba eructando y se
rascaba los huevos, viendo fútbol todo el fin de semana... y no le
tocaban las pelotas.!!!!..

FIN

4 comentarios:

Patricia dijo...

jajaja

te has ido al extremo contrario

pero me parece más realista

jajajaja


y me ha hecho gracia

:D

un saludo :D

Nosotros dijo...

Patricia, ya sabía yo que este cuento te gustaría mas. Que falta de romanticismo tiene la vida. Jajaja.

Un saludo.

Patricia dijo...

Pero si yo soy muy romántica, pero a lo alemán. Como este poema de Goethe, en el que se cree ver el inicio del romanticismo. Dejo la traducción al español:

¿Quién cabalga tan tarde a través del viento y la noche?
Un padre con su hijo,
lo lleva seguro y caliente,
al resguardo de su regazo fiel.

- Hijo mío ¿por qué escondes tu asustado rostro?
- ¿Es el Rey de los Silfos, oh padre, tú no lo ves?
- ¿El Rey de los Silfos con su corona y manto?
¡Son alucinaciones hijo, que la niebla te hace ver!

¡Oh lindo niño, anda, ven conmigo!
Verás que juegos alegres te enseñaré.
¡Y qué flores tan extrañas florecen en mi orilla,
con las que mi madre hace dorados ramilletes!

- Padre mío, padre mío, ¿no oyes tú las promesas
con las que el rey de los Silfos pretende atraerme?
- No hagas caso, hijo mío es la fronda seca del árido
bosque, agitada por el viento.

- Lindo niño, ¿no quieres venir a mi palacio?
Te aguardan mis hermosas hijas en la entrada.
Cada una, en la noche, arrullará tu sueño.
y sabrán entretejer sus danzas y cantos,

- Padre mío, padre mío, ¿no ves allá en la sombra,
resplandecer las bellas hijas del monarca?
- Hijo mío, no hagas caso, es la difusa espesura,
lo veo bien y no hay nada más.

- Niño hermoso, amo tu belleza divina;
si no vienes por las buenas, emplearé la fuerza.
- Padre mío, padre mío, ¡mira cómo me aferra!
me lastiman sus manos. ¡Defiéndeme padre!

Atemorizado el padre clava las espuelas a su caballo,
aprieta contra su pecho al lloroso niño,
por fin llega al portal de su casona.
Mira, y en sus brazos el niño está muerto.

Patricia dijo...

hola, qué es de vuestra vida?
qué hacéis?

escribid algo que como no quedamos no sé nada de vosotros..