AMOR, AMOR, AMOR, AMOR....

Permitidme, amados míos,
en esta noche lluviosa,
hacer mención lo primero,
a una persona preciosa...

Chicos, lo mío es la interpretació, no lo olvidéis. El caso es que os escribo, después de cenar con mi chico, pero triste y desamparada porque mi amor, que es todo mi cuidado, ha partido. ¿a Troya? No, pero casi, a Telefónica. Hoy es el día D, le toca "implantar", sea lo que sea eso. Desde estas páginas, a veces absurdas pero llenas de amor, te deseamos suerte o mucha M., como quieras. Sé que hablo en nombre de todos cuando te doy ánimos animosos desde este mi ordenata.
En fin, amada concurrencia. Madrid, como la Atlántida, corre peligro de desaparecer para siempre bajo las aguas. No sabemos en qué acabará todo esto, pero yo ya no puedo ir a Marqués de Vadillo a danzar. La estación se ha inhundado. No, no os aflijais, como un GPS de última generación he recalculado mi ruta y ahora me bajo en Usera y me paseo un rato más. Así voy calentando y confraternizando con todas las culturas del mundo que viven por allí. ¡Ay!, no puedo decir más. ¡Nos hundimos! Pero valor, marineros míos de agua dulce, el metro de Madrid VUELA y ahora también nada o hace submarinismo. Si "ej que los de Madriz semos mu chulos".
Por hoy dejo de reflexionar y me voy a la cama que ya es hora. Os quiero.
LA RACHEL.